Unas veces soy
como un halcón en vuelo,
divisando desde arriba tus deseos;
y otras sin embargo,
como la presa que se oculta
tras las piedras, que sustentan
tu montaña de emociones.
A veces soy fósforo rápido,
y otras, lámpara de aceite,
según mis ansias,
y según las veces
que me nombras, y me piensas
en tu lecho despoblado.
Pero la mayor parte del tiempo
soy un muelle
que se estira a tu antojo,
para mecerte o ignorarte.
Y sobre todo, soy espejo,
que se despeina o acicala
según me sonríes, o aborreces,
confiando en ese día
en que al mirarte,
me veas realmente.
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